Un gato en el metro de Amistad (Historias de Chakona)

Aunque el sol de Chakona, irradiaba calor con ímpetu ese día en la ciudad de Amistad, la temperatura era agradable al interior del tren subterráneo. Los pasajeros, en su mayoría chakats, chakat-kin y morph, viajaban cómodos, ocupando los espacios especialmente diseñados para sus cuerpos largos.

En el extremo de uno de los vagones del tren, viajaba Esteban Sivem. Sentado en los asientos laterales junto a una Morph de leopardo, el joven ingeniero humano llevaba sobre sus piernas, una cajita transportadora de animales pequeños. Y en su interior, un diminuto cachorro de gato maullaba ruidosamente.

-Tranquilo. Pronto llegaremos a tu nuevo hogar- Decía el muchacho tratando de calmarlo. Pero el animalito estaba tan inquieto, que rasguñaba las paredes de la caja haciendo ruido con fuerza. Esteban, al no lograr tranquilizarlo, abrió la puerta de la caja y lo tomó en sus manos. El gato se sosegó inmediatamente, soltando suaves ronroneos, acomodándose en su regazo.

-Oh vaya. Je je je. Entiendo. No te gusta estar encerrado ¿verdad? No te preocupes. Será por poco tiempo- Insistió el humano. Cada vez que pasaba la mano por su pelaje suave, el gato se estiraba y ronroneaba con relajación. A corta distancia, viajaban algunos chakats sentados en sus cuartos traseros. Uno de ellos, de piel color marrón claro, se acercó a Esteban al sentir el ronroneo de la mascota.

-Prrr… Hola. Bonito gatito el que tienes ahí. Puedo tenerlo?-

-Eh? Cla… Claro- respondió Esteban sorprendido. El chakat tomó al animal y comenzó a acariciarlo suavemente.

-Awww… Que lindo es- comentó. Al instante, otro par de chakats se voltearon para ver al gato. Los maullidos y ronroneos del animal, parecían emocionar a los tauros presentes. Uno de ellos, se acercó a Esteban y dijo:

-Tú… Eres el chico de la televisión, ¿verdad?-

-¿Eh?.. ¿Televisión?- Respondió el ingeniero algo nervioso.

-Sí. Tú eres Esteban, el humano atacado por skunktaurs el año pasado. Yo también te vi en las noticias- dijo otro de los chakats que viajaba como pasajero. El muchacho no esperaba que la gente aún recordara aquel incidente después de tanto tiempo. Un poco inquieto, sólo atinó a responder asintiendo con la cabeza.

-Awww… Y ¿Cómo estás ahora?- Preguntó el chakat que tenía al gato en sus manos.

-Estoy bien y completamente recuperado, gracias-

-Es bueno saberlo. Ten tu gatito. Debo descender aquí. Fue un gusto conocerte. Cuídate mucho Esteban. Tail High!-

-Tail High! Shir…- Respondió el chico, recibiendo al gato. El tren se detuvo unos instantes en la estación, produciéndose el intercambió habitual de pasajeros. Esteban aprovechó la ocasión para intentar meter al pequeño felino nuevamente en la caja de transporte. Sin embargo, éste se resistía tenazmente.

-Vamos amiguito. Vuelve a tu caja. Los inspectores podrían enfadarse conmigo si te ven fuera- dijo en voz baja. Cuando el tren cerró sus puertas reiniciando su marcha, el gato escapó de un salto desde las manos de Esteban. Corrió por el vagón hasta llegar al fondo, sorteando toda clase de patas en el trayecto. El muchacho, preocupado, salió tras él para alcanzarlo.

-Rayos! Con permiso! Con permiso!- Exclamaba el humano abriéndose paso entre los pasajeros, en su mayoría cuadrupedos. Al llegar al fondo del vagón, vió que un chakat de pelaje dorado había recogido al felino y lo acariciaba suavemente. Cuando el muchacho se paró al frente, el chakat alzó la cabeza y exclamó:

-Esteban!-

El humano quedó descolocado. No recordaba haber visto antes a éste chakat que lo llamaba por su nombre. Tras un instante de observación mutua, el tauro finalmente declaró con una sonrisa.

-Supongo que éste gatito es tuyo-

-Eh? Sí… Sí… Es mío. Grácias por atraparlo… Discúlpame… ¿Realmente nos conocemos? O… Acaso tú también me viste en televisión?-

-Je je je… Las dos cosas. ¿No me recuerdas? Fuimos compañeros en clases de ingeniería en Dewclaw el año pasado. Mi nombre es Chakat Arbiax.. Yo…- Se frenó de pronto, para luego continuar en un tono más serio.

-Yo fuí quién te golpeó en el auditorio de la universidad, estando convaleciente de tus heridas. Honestamente, aún me avergüenzo de eso.-

Esteban quedó en shock. No recordaba muchos detalles de ese desagradable momento, ni tampoco las caras de quiénes lo enfrentaron esa vez.

-Oh Esteban. Sé que te pedí disculpas hace tiempo. Y… También deseé hablar contigo otra vez. Me sentí muy mal por lo que te hice. Y… No he podido superar el remordimiento. Yo no soy así, nunca lo he sido… Tengo hijos, sabes? Y…-

-Espera… Cálmate Arbiax. Todo está bien. Cómo decía mi amigo Vroeg, deja el pasado atrás. Mírame. Yo éstoy bien!- Dijo el humano con una sonrisa. El chakat suspiró profundamente tratando de sonreír también. Miró a Esteban a los ojos y declaró.

-Parece que el destino hizo que nos juntasemos nuevamente. Y no desaprovecharé la oportunidad. Me gustaría conocerte un poco más. ¿Tienes algo de tiempo ahora?-

-¿Eh? Pues, voy camino a casa de una amiga a entregar a este gato. Sus hijos pequeños lo están esperando-

-Awww, eso es muy lindo de tu parte. Puedo acompañarte si quieres-

-¿En serio? No deseo distraerte de tus quehaceres- Dijo el humano.

-Oh no te preocupes. Llamaré a casa por el PADD y todo estará arreglado- Respondió el chakat.

-Muy bien. Me agradaría tu compañía. Además, parece que le gustas al gato je je je- agregó Esteban.

-Si. Está muy tranquilo conmigo je je je- Comentó el Arbiax, notando que el animalito ronroneaba en sus brazos.

Arbiax era un chakat de pelaje dorado y blanco, con una larga cabellera amarilla y suelta. Vestía una llamativa blusa azúl y portaba un elegante riñonera en la parte baja del torso. Shi era ingeniero como Esteban, y tal como él, decidió hacer el curso de perfeccionamiento en la sede de Amistad de Dewclaw.

Tras meter al gato nuevamente en su caja, ambos se dispusieron a bajar del tren en la próxima estación. Una vez en la superficie, el chakat llamó a su casa, avisando que tardaría un poco más en llegar.

«Todo arreglado Esteban. Vamos» Dijo con entusiasmo. Ambos caminaron un par de cuadras en el bonito barrio residencial donde vivía Rena y su familia. Al llegar a un parque de frondosos árboles y plantas con flores, decidieron sentarse en un banco para charlar un poco más.

«Así es Esteban. Tengo una familia. Mi lifemate chakat y mi cachorro. Cómo ingeniero, trabajo en una empresa dedicada a la construcción en Amistad. Aunque a veces, debo viajar a otras ciudades de Chakona a prestar mis servicios. Sin embargo, evito hacerlo. No me gusta estar separado de mi mate y de mi hijo».

«Comprendo. El tiempo con la familia es muy valioso» Comentó el humano. «Yo por mi parte, llegué a Chakona desde Terra hace un poco más de dos años. Confieso que al principio, me costó adaptarme a las costumbres de los chakats…»

«Tenías perjuicios sobre nosotros?» Preguntó Arbiax con curiosidad.

«Yo diría que tenía algunos, sí. Pero eso fue cambiando a medida que pasó el tiempo. Conocí a personas maravillosas aquí» Dijo el muchacho.

«¿Tu pareja es humana como tú?»

«No. Mi pareja es skunktaur»

«¿En serio? Vaya. Nunca lo esperé de un humano venido de Terra» Agregó el chakat, sorprendida por esa revelación.

-Yo tampoco esperaba enamorarme de un tauro, pero así ocurrió-

-Lo dices con felicidad. Puedo sentir la emoción cuando piensas en ella. Y supongo que el sentimiento es mutuo-

-Lo es. Lilethe y yo nos amamos tan profundamente que formamos un vínculo mental.-

-¿Un vínculo? Pensé que eso solo ocurría entre los chakats o chakat-kin. Pero si tú y ella formaron uno, significa que su amor debe ser muy fuerte- comentó Arbiax. Una suave brisa hizo sonar las hojas de los árboles. Chakastra estaba casi en el cenit. Algunas personas pasaban por el lugar disfrutando de la tranquilidad. Una pareja humana con un niño pequeño intentaban hacerlo caminar. Esteban y Arbiax los contemplaron por un momento. El chakat creyó adivinar lo que vendría a continuación en la conversación.

-No tienes que hablar de ésto si te incomoda. Lo que pasó en tu familia con…-

-Está bien Esteban. Creo que te lo debo, después de todo… Mi reacción descontrolada aquella vez…- Dijo Arbiax suspirando y negando con la cabeza.

-Arbiax…-

-Yo era un cachorro. Acabábamos de llegar con mis padres desde New New York, tras visitar a unos parientes. El puerto espacial estaba atestado de gente. Mamá me llevaba de la mano. De pronto, escuché con claridad la horrible voz de ese hombre, gritando consignas en favor de los humanos… Y en contra de nosotros, diciendo que éramos una abominación. Aún puedo sentirlo en mi memoria. Me asusté mucho. Mamá trató de sacarme de ahí, corriendo. Pero el pánico se apoderó de todos. Chocabamos unos con otros y nos aplastabamos tratando de huir de ese humano forrado en explosivos, que corría incitando el caos. De pronto, un estruendo ensordecedor y caí al suelo. Quedé inconsciente y cuando desperté, en el hospital… Papá me dijo, entre lágrimas, que mamá se había ido para siempre.- Tras esas palabras, un silencio total quedó entre ambos. Esteban se tomó la cabeza sin saber que responder. Se puso de pie. El relato de Arbiax lo había conmovido profundamente. Sin querer, empezó a sollozar y gruesas lágrimas empaparon sus mejillas.

-¡Esteban!- Dijo sorprendido el chakat. -Lo siento. No quería que te pusieras mal- agregó mientras se ponía de pie y abrazaba al humano.

-Perdón! Perdón! Arbiax lo siento tanto!- Exclamó Esteban arrodillándose frente al chakat.

-Fue… Fue el mismo atentado que mató a la pareja de mi amigo Ugkar… Mi especie… Ha cometido tantas atrocidades… A veces me avergüenzo ser uno de ellos!- Dijo el muchacho sin dejar de sollozar.

-Esteban… No hables así. Incluso yo sé que los humanos no son todos iguales. H1 es sólo una minoría en tu mundo. Perdóname por causarte angustia- señaló Arbiax tratando de consolarlo. Ambos permanecieron abrazados por un largo rato. Esteban pudo sentir la calidez de la piel y las emociones del chakat que lo envolvían, mitigando su tristeza. Tras una pausa, volvieron a sentarse en el banco de aquél lindo parque. Con Esteban más calmado, Arbiax continuó.

-Eso pasó hace mucho tiempo. Mi padre y yo superamos el dolor y salimos adelante. Ahora yo estoy bien y vivo feliz con mi lifemate y mi bebé-

-Ahora puedo entender perfectamente ese golpe que me diste. Puedo entender tu furia…-

-No Esteban. Lo que te hice estuvo mal. No debí lastimarte ni juzgarte. Nada puede justificar eso- Respondió Arbiax con los ojos llorosos. -Soy yo quién te pide perdón nuevamente por mi comportamiento- remató. Ambos se acariciaron mutuamente. El chakat lamió las lágrimas del rostro de Esteban con suavidad, mientras el muchacho, trataba de recomponerse.

-De acuerdo. Gracias Arbiax.-

-Grácias a tí, Esteban- Respondió el chakat. En ese momento, ninguno de los dos se dió cuenta que un skunktaur en fase femenina, los observaba desde hace unos momentos. El recién llegado se acercó a ellos y saludó.

«Perdón por interrumpir, pero sentí tu conmoción interior Esteban y no pude evitar venir. ¿Te encuentras bien?»

«Rena!» Exclamó jubiloso el muchacho, para luego abalanzarse sobre hym y darle un apretado abrazo.

«Éstoy bien querida Rena. Gracias. Perdón por preocuparte. Quiero que conozcas a Chakat Arbiax, un colega ingeniero y compañero de estudios en Dewclaw. Arbiax, hy es Rena»

«Es un placer conocerte Arbiax»

«El gusto es mío» respondió el chakat moviendo la cola. Luego, Rena volteó hacia atrás y exclamó:

«Cora! Teo! Vengan acá» Al instante un par de bolas peludas con colas esponjosas salieron detrás de los árboles. Al verlos llegar, Arbiax Exclamó:

«Aww… Que niños más adorables!»

«Ellos son mis hijos menores, Cora y Teo. Shi es Arbiax»

Esteban se agachó para recibirlos en su regazo.

«Tío Esteban. Por qué estabas triste?» Preguntó Cora con su voz infantil.

«Ellos también sintieron tu angustia, Esteban. Es primera vez que lo hacen y eso los asustó. Por eso se escondieron detrás de los árboles» Dijo Rena.

«Aww… Lo lamento chicos. Ya no estoy triste. Estoy bien. Y para demostrarlo, les traigo el regalo que les prometí» Dijo el humano tomando la caja de transporte y poniéndola en el suelo. Los pequeños skunktaur saltaron de emoción al conocer a su nueva mascota: un lindo gatito color marrón.

«Yay! tío Esteban! Es hermoso!» Exclamó Teo

«Je je je… Sé que lo cuidarán bien» Dijo el humano poniéndose de pie.

«Muy bien niños. Llevemos al gatito a la casa. Shir Arbiax, por qué no te quedas a comer con nosotros? El almuerzo está casi listo» Dijo Rena.

«Sí! Buena idea. Por favor Arbiax, quédate un poco más!» Agregó Esteban en tono de súplica, tomándole las manos.

«Eh… Ok! Acepto. Será un placer. Gracias Rena» Respondió Finalmente el Chakat.

«Excelente! Vamos por aquí.» Dijo el skunktaur invitando a ambos ingenieros a su casa, distante pocos metros del parque. Mientras caminaban, Cora accidentalmente abrió la puerta de la caja, dejando escapar al pequeño gatito. Éste, viéndose nuevamente en libertad, corrió despavorido entre los árboles y la hierba.

«Oye, espera!» Gritó Teo, lanzándose en loca carrera detrás de él. Enseguida le siguió su hermano, perdiéndose ambos detrás de unos arbustos.

«Será mejor que vaya por ellos. Ustedes adelántense» Dijo Esteban.

«Déjamelo a mí colega. Ese gato no llegará lejos» Dijo de pronto Arbiax, entregándole su riñonera al muchacho. Luego, inició una veloz carrera tras los skunktaurs, dando grandes saltos. Rápidamente llegó junto a ellos, pero el gato trepó por el grueso tronco de un árbol, lejos del alcance de Cora y Teo. Los niños miraron preocupados como el gato subía y subía. De pronto, Arbiax, tomó un gran impulso y saltó hasta una de las ramas gruesas, bloqueando el camino del gato y atrapándolo en sus manos.

«Lo tengo!» Exclamó victorioso. Los pequeños saltaron de alegría. A la distancia, Esteban y Rena se miraron perplejos.

«Acaso tu colega practica chakker o algo así?» Preguntó la skunktaur.

«Eh… No lo sé. Recién nos estamos conociendo» Respondió el muchacho encogiéndose de hombros.

Chakat Arbiax por Seth Triggs