Profesor, dejémonos de chacota. (Por Samuel Weste)

Sarasota, Florida. La expresión «mutis por el foro» en jerga teatral significa que un actor que ha estado en escena abandona el escenario por haber terminado su parte. Proviene del latín mutare. Por extensión, dicha frase usa como imagen para indicar que alguien ha desaparecido de la escena. Se utiliza, asimismo, para indicar que algo ha desparecido, como cuando es el caso de una especie animal.

Se podría decir, en consecuencia, que hace unos 65 millones de años los dinosaurios hicieron su «mutis por el foro» y desaparecieron de la faz de la Tierra. Como esta extinción fue más o menos súbita y total, los paleontólogos han queda do intrigados por lo que pueda haber causado tal fenómeno.

Hay varias teorías. Unas se inclinan a atribuirlo a cambios radicales en el clima. Pero nada señala que esto hubiese sido tan súbito que no permitiera a la mayoría de los dinosaurios evolucionar y adaptarse a esos cambios. Otros sostienen que el advenimiento de una edad de hielo-las que se han presentado en ciclos durante decenas de miles de años-hubiera causado la desaparición de los gigantescos animales. Una de las teorías que tiene un gran número de adeptos es la que sostiene que el responsable de la extinción de esos seres fue un gigantesco meteorito que chocó contra la Tierra y contaminó el ambiente con una capa de polvo y gases durante meses, posiblemente años, y que junto con matar a los dinosaurios eliminó a cuanto bicho viviente existía.

Bueno…no tantos. No a todos. Aparentemente los organismos «menores» o sea los que se conocen hoy, sobrevivieron. Los mayores damnificados fueron los grandotes, los que el hombre ha conocido como fósiles.

Lo paradójico de estos fósiles es que mientras más se averigua sobre ellos, más interesantes se nos antojan.

Y siguen de moda.

Una teoría que surgió en 1980 liga la desaparición de los dinosaurios con una extraordinaria concentración del metal iridio (Ir). Un nuevo proceso de alta sensibilidad descubierto recientemente para medir la presencia del raro metal en el mundo, junta las dos teorías: la gran concentración de iridio se produjo cuando tal sustancia llegó a la Tierra desde el espacio en la forma de un gigantesco meteorito.

Un grupo de científicos dirigidos por el profesor Ariel Anbar de la Universidad de Rochester en el estado de Nueva York, informó hace poco en la revista «Ciencia» el resultado de sus investigaciones con las teorías combinadas del metal iridio introducido en la Tierra por un meteorito que cayó hace 65 millones de años.

En circunstancias normales la presencia de iridio en la naturaleza es difícil de encontrar debido a sus escases. La proporción es de 50 partes de iridio por cada tres mil billones de materias terrestres combinadas. El grupo del profesor Ámbar se ha sacado los zapatos al descubrir un instrumento de tal sensibilidad que puede medir un metal tan diluido. Lo que no deja de ser una bendición, porque si el iridio pudo matar a animales tan fortachos como los dinosaurios ¿que podría hacer ahora contra nosotros?

Por el momento se trata de teorías basadas en posibilidades no comprobadas del todo. Teorías que mañana pueden ser descartadas fácilmente por nuevas evidencias; por conocimientos que no pongan a prueba la credibilidad de los legos de quienes no cuentan con el equipo ni la batería de científicos del profesor Anbar. Porque eso de imaginar algo en una proporción de 50 partes vis-á-vis tres mil billones.

Es decir…, Señores dejémonos de chacotas.

¿Dónde está el valiente que pueda visualizar una cifra de miles de millones?

(Publicado el «Las Últimas Noticias», el 22 de diciembre de 1996)